A veces vuelvo a la soledad de aquella casa
que hoy habitan personas extrañas
y tropiezan con tu ausencia, mi piel y mi mirada
rompe el silencio, tu nombre en mis labios
y ya no sirbe ,el olvido ni la súplica
por la largura de las horas cada segundo te recuerda.
La soledad se alimenta de ausencias y el desamor de nimiedades.
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