martes, 7 de abril de 2009

El beso aquel...

La tierra desata tormentas de fuego
y se abren en el cielo graves monticulos de arena
que se dispersan por las nubes y van cayendo
poco a poco en un espacio lleno de rojas amapolas .
El verde pasto que recibe esto es apenas un testigo mudo del beso aquel, que se escondiaen los asientos de las plazas, cuando dolorosamente teniamos que despedirnos.
El destino no nos habia unido entonces, pero venian furtivos los encuentros, se iban alimentando de pequeñas dolencias ajenas a nosotros,solamente existia
tu nombre en mis labios y el mio en el tuyo.
A que entonces el llanto amanecido? y la suplica si todo tenia un final?.
El beso aquel, dejo amargos recuerdos en mi mente,
recuerdos que florecen con el viento otoñal y se van durmiendo al lado de mi presente.
Sobre las hojas muertas estare...dolorosamente, amandote.

1 comentario:

  1. Los finales en los poemas son decisivos. El que le das a este poema, acertado, para expresar un amor indeclinable. Diría, que "Sobre las hojas estaré...dolorosamente, amándote", contiene un universo, y bastaría este sólo verso, para decir que es un poema en breve.
    UN abrazo.

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