De forma extraña y temblorosa
se funde la tarde en mis parpados
traspasados de espinas me ciegan
y el negro mar que avanza sin sonido
sueña bajo mi piel con una sombra
tremula y caliente.
Ojos que presienten , sombras que no ven
un cuerpo que se disgrega en un bosque de
pulsaciones y espesuras, puertas por las que
nadie cruza, trenes que al partir
lanzan suspiros de agonia ,ojos que no se cierran
y vagan en la orilla, perdiendose en la nada
que no encuentran a que asirse,pues no hay espacio
y terminan por cerrarse en un monton de dias
muertos y arrugados.
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