martes, 4 de marzo de 2014

La hora



Pienso, en los que ataron esta hora
a mi piel, hasta los huesos
ojos que vieron la primavera
la hora del amanecer y del atardecer
la hora primera de tus manos crueles y malvadas
hora pegada a mi alma...
que se deja llevar por los ríos y crece
y se alarga.
Nadie de los que ataron esta hora
ha venido a socorrerme
continúan moviéndose
junto a la espesa niebla
y recién lavado el recuerdo
nacen otros ojos, desde el agua
y crecen otras lagrimas

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