Anda, mi poesía me acompaña ya no tengo porvenir, nuestras horas de amor, casi divinas es mejor disfrutarlas desde aquí junto a mi ventana, ahora me duele menos tu partida, porque aquí te me quedas de algún modo. Ojalá nunca sepas cuanto ame, ni el secreto esplendor con que esperaba, anda corre donde quieras ir, anda que te espera el porvenir.
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